(In)correspondencia

Sábado, 18 de diciembre de 2021

A ti que estás ahí (o allí):

     ‹‹ (…) En este mundo en el que vivimos, en cambio, la lejanía deja de ser la lejanía y pierde su color azul cuando llegamos a ella. Lo lejano se convierte en lo cercano y los dos no son el mismo lugar[1]››. O, pensándolo bien, puede que sí que lo sean. Existe la posibilidad de que haya realidades que difuminan las dicotomías espacio-temporales, ofertando la contingencia de transitarlas al unísono.

     Tal vez haya miradas que negativan escenografías donde las plurales distancias se licuan en un quimérico plano único de vidrio: un lienzo cuya mirada sea capaz de corporizar los diversos estratos espaciales y sellarlos sobre una piel cuya presencia fragmentada se finge estática en el instante, pero que en realidad es plenamente impredecible y mutable en la acumulación de éste.

     Acaso la mirada maier-céntrica no es una especie de (in)correspondencia visual que autorretrata un espacio-tiempo liminal que es a la vez interior y exterior; corpóreo y urbano; másico y etéreo; pasajero y constante; lejano y cercano. Que es anverso y reverso de una presencia elástica que deambula (kiló)metros sin variar su posición – pestañeando o no la mirada.

   Quien sabe, pudiera ser que lo lejano y lo cercano fuesen el mismo lugar y hubiésemos asumido sin dudar que no lo son.

PD. Atrévete a averiguarlo.

Att.

M.


[1] El arte de perderse. Rebecca Solnit

(Micro)Relato para la asignatura de Imagen y Arte en el Diseño, impartida por María Bocos.